El
diario alemán “Berliner Zeitung” del 28 de noviembre recoge la asombrosa
historia de un ciudadano polaco, Jerzy R., que se define como ateo y considera
que sufrió un gravísimo “daño inmaterial”
porque mientras estaba en coma en el hospital un sacerdote oró por él,
pidiendo a Dios su curación y le ungió con óleo, aplicándole el sacramento de
la unción de los enfermos. Seguir

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