domingo, 27 de abril de 2014

¡TENEMOS UN MENDIGO EN LA PARROQUIA!


 
Él les pidió monedas para comprar comida. Nadie en la Iglesia le dio algo. Entró en el templo e intentó sentarse en la parte de adelante, pero alguien le pidió que se sentase en la parte de atrás del templo. Él saludaba a las personas que le devolvían miradas llenas de asco y de desprecio al mirarlo de la cabeza a los pies. (Seguir leyendo)

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