SEMANA SANTA
HORARIOS Y REFLEXIÓN
Hace cuarenta días que
comenzamos el camino cuaresmal de preparación a la Semana Santa. Hoy comenzamos
la más santa de las semanas. Jesús vuelve a Jerusalén y es aclamado y humillado
y se entregará por amor. Lavará los pies a los suyos y les dirá “haced lo mismo
unos con otros”.
Como un malhechor, será
condenado a muerte en Cruz y los que osen seguirlo, ya saben el camino que les
espera: persecución, ultrajes y muerte.
Pero al final, este será
el camino de la Resurrección.
No nos quedemos, ni nos
regodeemos en el Viernes Santo, en el dolor de la Cruz, en el sufrimiento, en
la Pasión (en el mundo ya hay demasiados viernes santos, demasiadas realidades
de muerte y sufrimiento de tantos hombres y mujeres) tenemos que esperar “en
silencio” el Sábado de gloria, la Resurrección y la Vida, para que nuestro
mundo sea mejor, más alegre, más dichoso y que desaparezca el sufrimiento, en
especial de los inocentes.
Esta semana santa, la
podemos vivir todas las semanas del año: muriendo con Cristo a todo lo que no
le agrada a Dios, y hace sufrir a los demás y Resucitando a lo que prefiere
Dios y hace felices a nuestros hermanos.
Si la semana Santa, no nos
lleva a esto, no nos habrá servido para nada, por muy esplendorosa que la
hagamos a bombo y platillo.
DOMINGO
DE RAMOS
Es un día de fiesta para comenzar la Semana Santa.
Jesús, nos ha enseñado a vivir amando; nos ha dicho que Dios es nuestro Padre y
ahora viene a Jerusalén para morir en la cruz por amor; nosotros se lo agradecemos
aclamándole: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”
Le
acompañaremos en su entrada en Jerusalén, con olivos y palmas, y nos recordarán
el compromiso que con Jesús hemos adquirido: vivir la vida amando a todos, y en
especial entregados a quien más nos necesite.
JUEVES
SANTO; CENA DEL SEÑOR A LAS 6 DE TARDE
Hemos
sido invitados a celebrar la última Cena del Señor y en ella tres gestos
sobresalen y marcan nuestro seguimiento al Señor, que los hemos reflejado en el
lienzo del Tabernáculo Parroquial, donde estará expuesto el Santísimo hasta
mañana Viernes Santo:
1-
ME AMÓ: “Habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó
hasta el extremo” Nosotros también entramos en ese amor sin límites.
2-
ME LAVÓ LOS PIES: se arrodilló ante los discípulos y les lavó los pies
y manó que lo hiciéramos unos a otros.
3-
ME SENTÓ A LA MESA: Dio a compartir su Cuerpo y Sangre y volvió a decir
“cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor
hasta que vuelva”
Vivamos
estos tres gestos, hoy en la Liturgia y luego en la vida, porque el Jueves
Santo debe dejar en nosotros 3 huellas:
· la del AMOR fraterno y si no hacemos nada por
aliviar el sufrimiento de los demás, no nos habrá servido de nada.
· la huella
del SERVICIO y si no echamos una mano a quien lo necesita, no nos habrá servido
de nada.
· la huella de ser EUCARISTIAS VIVIENTES, y si no nos
damos, ni nos repartidos y destrozamos por los demás, no habrá servido de nada.
VIERNES SANTO:
CELEBRACION DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR A LAS 6 DE LA TARDE
En el
centro de nuestra celebración, hoy está la CRUZ. No nos conformemos con
mirarla, fijemos en ella nuestros ojos y nuestro corazón
para valorar el gesto de entrega y el compromiso que nos supone: ir por la vida
siendo cristos crucificados, siguiendo el ejemplo del Señor, dando nuestra vida
por los demás e intentando ver a Cristo crucificado en el rostro del pobre, del
enfermo, del anciano y de cualquier persona que sufra.
Por
eso: Vamos a orar y cantar con la cruz. Vamos a agradecer este misterio. Vamos
a llenarnos de su belleza. Vamos abrazarnos a este Cristo crucificado para que
nadie nos separe de él. Vamos a pedir la gracia de vivir crucificados y vamos a
celebrar su victoria.
En esa
cruz, veamos, también, los crucificados del mundo y como Dios camina con ellos.
La cruz ha pasado de ser un signo de tortura, a un signo de que Dios camina con
su pueblo y que levanta a los caídos y da esperanza a quienes la han perdido.
SÁBADO SANTO. VIGILIA PASCUAL A
LAS 9 DE LA NOCHE
La
Vigilia Pascual, es el centro de todas las celebraciones del año cristiano, sin
ella, nada tendría sentido. En el Pregón Pascual, escucharemos esta noche la gran noticia de la
RESURRECCIÓN DEL SEÑOR. Por ella, la LUZ y VIDA han vencido a la oscuridad y a
la muerte.
El
Cirio Pascual, consagrado a tu nombre, arderá sin apagarse para destruir la
oscuridad de esta noche, y, como ofrenda agradable, se asocie a las lumbreras
del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo, ese lucero que no
conoce ocaso y es Cristo, tu Hijo resucitado, que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina glorioso por los siglos de
los siglos.
Y
responderemos:
* En
esta noche, que brille la luz en los confines de la tierra y canten de gozo
nuestros corazones. Que renazca la esperanza, que la vida brote con fuerza, y
se derrame el amor en nuestras relaciones, porque todos necesitamos la luz y la alegría del corazón porque
sabemos que la esperanza y la comunidad, solo puede venirnos de Jesús
resucitado y donde está El, no puede haber mentiras, ni engaños, solo verdad y
amor. Por eso, en esta noche santa, no podemos olvidar al pobre, ni despreciar
a los demás por nuestro egoísmo, porque Cristo vive en ellos; tenemos que
resucitar a la acogida y al amor sin límites
* Esta noche es noche de Resurrección, a pesar de
que muchos sufren en soledad, otros padecen injusticias, y otros mueren en la
miseria. Puede ser noche de resurrección aunque en el mundo haya guerras,
terrorismo, violencia y gente que muere
sin razón, porque Cristo ha resucitado. También, es noche de los que siembran
la paz, noche de los que sufren con los demás, noche de los que alegran a los
demás, noche de los que arriesgan la vida por la libertad, noche de los
voluntarios del amor fraterno. Esta es la Pascua de los creyentes
el triunfo de la vida sobre la muerte. Por eso, juntos, celebramos el triunfo
de Jesús, escuchamos su Palabra, nos purificamos en el agua y compartimos la
fracción del pan y del amor. Señor, que este Cirio no se apague y nos enseñe el
camino para ir a tu reino. Gracias, Señor, porque Cristo ha resucitado.
La
Vigilia, tiene cuatro partes: En el rito de la Luz, se anuncia la resurrección
de Cristo que es la LUZ del mundo. Luego en la Liturgia de la Palabra,
escucharemos lo que Dios ha hecho por su pueblo. En la Liturgia Bautismal,
renovaremos nuestros compromisos de eliminar toda clase de mal que hay en el
mundo. Y por último en la Liturgia Eucarística, recibiremos el Cuerpo de Cristo
Resucitado.
¿qué significa creer en la resurrección?
No basta decir que creemos que Cristo murió y
resucitó. No basta decir que creemos que nosotros resucitaremos; lo tenemos que
demostrar en la vida:
1- En
nuestra vida personal
· Muriendo al individualismo, para dejar de mirar para uno mismo y resucitar a la solidaridad.
· Muriendo a la
enemistad, para que resucite la cercanía, la amistad, la fraternidad
· Muriendo a la
revancha, para que resucite el perdón
· Muriendo al
egoísmo, y resucitar al servicio
· Muriendo a
cualquier clase de violencia, para que resucite la paz y el amor
· Muriendo a la
tristeza, para que resucite la alegría.
· Muriendo a todo lo negativo, para que
resucite lo positivo y lo bello de la vida
· Muriendo a los miedos y al desánimo para resucitar con la fortaleza de Jesús.
2- En la vida
comunitaria
· Aportando a la
Comunidad lo mejor que tenemos: servicio, acogida y alegría
· Dando gracias a Dios por las cosas buenas que hay en
nuestra vida, a pesar de las dificultades
· No señalando con el
dedo a los demás por lo que han hecho o han dejado de hacer, sino colaborando
juntos por un mundo mejor
· Evitando las frases
“todo va mal” “esto no hay quien lo aguante” “esta vida es un asco” y “cada día
vamos peor” (que es lo más fácil) y
“arrimar el hombro” para hacer las cosas mejor, en lugar de dejar que lo
hagan todo los demás.
· Demostrar que hemos
resucitado, no solo con los labios, sino también con la bondad, la delicadeza,
la acogida, el respeto, el amor.
Tenemos que felicitarlos por la Pascua de
Resurrección y tenemos que desearnos que, también nosotros podamos resucitar
cada día y si creemos que Cristo ha resucitado, tenemos que intentar hacer
felices a los demás; de lo contrario solo quedaría en palabras. ¿He resucitado?
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